En una medida que ha conmocionado a la industria tecnológica, Intel anunció la salida inmediata de su director ejecutivo, Pat Gelsinger, a partir del 1 de diciembre. Los informes sugieren que la salida de Gelsinger no fue del todo voluntaria, y Bloomberg reveló que la decisión fue motivada por una pérdida de confianza por parte del directorio de la compañía.
Según se informa, la junta expresó su preocupación por el lento ritmo de los esfuerzos de recuperación de Intel bajo el liderazgo de Gelsinger. Durante una reunión crítica la semana pasada, las discusiones sobre el desempeño de la compañía y los planes futuros llevaron a Gelsinger a elegir entre renunciar o enfrentar la destitución.
Pat Gelsinger, que regresó a Intel como director ejecutivo en 2021, había lanzado un plan ambicioso y costoso para restaurar el dominio de la empresa en la fabricación de chips. Sin embargo, los problemas financieros de Intel han eclipsado estos esfuerzos.
Los desafíos salieron a la luz el 1 de agosto durante un terrible informe de ganancias, donde Intel registró pérdidas inesperadas y presentó un pronóstico de ventas sombrío. En respuesta a sus problemas financieros, Intel suspendió los pagos de dividendos por primera vez desde 1992 y anunció planes para recortar su fuerza laboral en más de un 15 por ciento, lo que afectaría a unos 16.500 empleados.
¿Quién es el nuevo CEO de Intel?
Hasta que se encuentre un reemplazo permanente, el director financiero de Intel, David Zinsner, y la directora de productos, Michelle Johnston Holthaus, actuarán como codirectores ejecutivos. La junta directiva ha iniciado la búsqueda de un nuevo líder que guíe a la empresa en estos tiempos turbulentos.
A diferencia de muchos de sus competidores, Intel diseña y fabrica chips. Bajo la dirección de Gelsinger, la empresa hizo importantes esfuerzos para ampliar su negocio de fundición, posicionándose como un actor clave en la cadena de suministro global de semiconductores.
La estrategia de Intel se ha visto reforzada por un importante apoyo financiero de la administración Biden, que ha prometido decenas de miles de millones de dólares para reducir la dependencia de los fabricantes de chips asiáticos. Gelsinger encabezó una inversión de 20 mil millones de dólares en una nueva planta de fabricación de chips en Ohio y comprometió miles de millones más para la expansión europea. A pesar de estos esfuerzos, el progreso no ha estado a la altura de las expectativas.
En su declaración de despedida, Gelsinger describió la decisión como “agridulce” y dijo: “Esta empresa ha sido mi vida durante la mayor parte de mi carrera profesional. Ha sido un año difícil ya que hemos tomado decisiones difíciles pero necesarias para posicionar a Intel en la dinámica actual del mercado”.
Gelsinger, que se unió a Intel con sólo 18 años en 1979, jugó un papel decisivo en la configuración de sus primeros éxitos. Si bien su último mandato terminó prematuramente, su visión de restaurar el liderazgo de Intel deja un legado complejo.