Predicción de colisión de asteroides cercanos a la Tierra: un asteroide de unos 70 cm de diámetro se estrelló sobre la remota región rusa de Yakutia el 3 de diciembre de 2024. El objeto, que fue detectado apenas 12 horas antes del impacto, creó una espectacular bola de fuego en el cielo, como se vio por muchos vecinos de la zona. La entrada del asteroide en la atmósfera terrestre había sido predicha con notable precisión por astrónomos de observatorios de todo el mundo. Se estimó que el momento del impacto estuvo dentro de una ventana de 10 segundos, lo que demuestra los importantes avances logrados en el seguimiento de objetos cercanos a la Tierra (NEO).
Los astrónomos compararon el evento con impactos de asteroides anteriores, como los de 2022 WJ, 2023 CX1 y 2024 BX1, que de manera similar produjeron espectaculares exhibiciones del cielo cuando ingresaron a la atmósfera. Si bien estos asteroides más pequeños no son lo suficientemente grandes como para causar daños generalizados, ofrecen valiosas oportunidades para estudiar el comportamiento de dichos objetos. Puedes ver el vídeo del impacto del asteroide aquí.
Impacto mínimo, sin víctimas
Cuando el asteroide entró en la atmósfera, se rompió en varios fragmentos, probablemente esparciendo pequeñas rocas en una zona boscosa. Dado el pequeño tamaño del asteroide y la ubicación remota de su impacto, no se reportaron heridos ni daños significativos. Esto marca un resultado afortunado, especialmente en comparación con el infame meteorito de Chelyabinsk en 2013, que causó heridos y daños a pesar de su tamaño similar.
Necesidad de vigilancia
Este hecho resalta la naturaleza dinámica de nuestro sistema solar y la importancia del seguimiento continuo de los objetos celestes. Las agencias espaciales, incluidas la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA), han aumentado sus capacidades de seguimiento de asteroides, lo que permite alertar tempranamente de posibles impactos.
En 2024 se produjo un marcado aumento en el descubrimiento de objetos cercanos a la Tierra, siendo este el cuarto impactador detectado en el año. Si bien los asteroides más pequeños generalmente se queman sin causar daño al ingresar a la atmósfera, los científicos enfatizan la necesidad continua de estrategias de defensa planetaria para mitigar los riesgos que plantean mayores amenazas en el futuro.